El primer día de trabajo suele ser emocionante, casi ni dormimos la noche anterior pensando en que vamos a empezar a trabajar (sobre todo si teníamos buen tiempo sin hacerlo), al fin encontramos un empleo y queremos hacer nuestro mejor esfuerzo para que este empleo sea duradero, así que nos ponemos como meta Cumplir con todas las orientaciones y responsabilidades que nos son asignadas.
Llega el día tan esperado, nos presentamos al centro laboral (parecemos un bebe de lo contento que estamos), luego de darnos las orientaciones y que el Jefe nos ha presentado con el resto del personal, tomamos posesión de nuestro rinconcito en la empresa. Todas las personas son amables y cordiales, todos colaboran entre sí y nos ayudan contestando nuestras preguntas, termina el día, llegamos a casa muy satisfechos y con mucho entusiasmo contamos nuestra grata experiencia a nuestra esposa (esposo) o novia (novio).
Pasan las semanas y todo bien, el jefe está muy satisfecho con nuestro desempeño, recibimos nuestro primer cheque y con ansiedad esperamos llegar a casa y hacer las compras de la semana o quincena.
Sucede lo impensable, la empresa empieza a perder clientes, pero no por falta de empeño de los empleados, no por mal trato, ha llegado la crisis, y empresas pequeñas cerraron. En el horizonte se avecina una avalancha de futuros problemas económicos para nosotros si la situación empeora.
Miedo a perder el empleo
Nuestro humor ha cambiado, estamos estresados, con miedo de perder el empleo, comienza la desconfianza, ya que aquellos compañeros que anteriormente nos apoyaron ahora se serruchan el piso entre ellos mismos, nadie quiere perder su empleo.
El estrés es según el diccionario en línea de la Real Academia Española): “Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves”.
Estresarse no vale la pena, si pierdes la Paz contigo mismo es seguro que te despidan.
La mejor forma de preservar el empleo en estas circunstancias es continuar siendo el mismo, conduce la energía positiva que tienes en conseguir más ventas, en circunstancias como esta es que debe salir a relucir tu creatividad, hazte innovador, haz que el negocio siga produciendo, no te des por vencido (a).Una persona que esté en Paz consigo misma es más productiva que una persona estresada.
El estrés en el trabajo
El problema de una persona estresada es que no solamente rinde muy poco en el trabajo, concentra tanta energía en el solo hecho de pensar en las posibilidades de ser despedido que desperdicia toda energía y la llega a trasladar al hogar.
Debes ser el ejemplo a seguir ante tus compañeros, hazles sentir que no hay crisis, verás que en muy poco tiempo la forma de pensar positiva que tienes será como un virus en la oficina, todos estarán siendo positivos, trabajando para que las ventas se mantengan y de ser posible levantar las ventas.
Una empresa con personal positivo, trabajando en conjunto para llevar a la empresa al éxito, haciendo aparte las circunstancias perimetrales, será una empresa líder.
Relájate y transmite buena energía
Una persona que está en paz consigo misma, transmite esa energía alrededor, lo que crea un ambiente armonioso para trabajar, situación muy crítica en un departamento creativo en donde la armonía es indispensable para que las personas tengan ideas creativas.
Haz un ejercicio rápido, en un día que hayas pasado más de 6 horas enojado, ¿cómo te duermes?, con dolor de cabeza, y si logras dormir no habrás descansado, en un cuerpo cansado hay un cerebro cansado, en un cerebro cansado no hay ideas creativas.
La armonía laboral es fundamental para que los negocios caminen y fluyan y se conviertan en líderes de sus sectores.